La Costeña
Además de la publicación de una selfie en la que un empleado de La Costeña orina sobre una de sus líneas de producción, la compañía puso el ejemplo de cómo no manejar una crisis de marca. Una pobre conferencia de prensa, un comunicado escueto y una inexistente estrategia en redes sociales hizo que La Costeña ahora tenga para siempre la mancha de la vergüenza (y de ácido úrico).
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