Hay un tema que seguramente todos hemos leído o escuchado mucho últimamente: el Big Data. Hace algunas semanas estuve escuchando una ponencia al respecto y es impresionante lo que hoy ya está sucediendo con el nivel de información que muchas compañías están manejando (especialmente bancos, telefónicas, redes sociales, gobiernos, etc) y lo que muchos proyectan que sucederá en el futuro con el nivel de información absurdamente enorme que se está generando en el mundo a cada minuto. Con la conectividad que hay hoy en día se pueden generar cerca de 1,700 billones de bytes por minuto según la Unión Europea. Cada vez que consultamos algo en internet, estamos alimentando al Big Data, es decir, le damos a conocer un poco más de nosotros al mundo. Es realmente sorprendente que en ocasiones “la computadora” sepa más de nuestros gustos que algunos de nuestros amigos.
Más columnas de Fabian Ghirardelly:
Día de muertos: una tradición muy viva
La ley del doble riesgo
¿Cuántos viajes de compra realiza un mexicano al año?
Seis puntos clave para los presupuestos 2016
Pero la gran pregunta es ¿Cómo pasamos de esa “Bid Data” a un “Smart Data”?. O dicho de otro modo, ¿cómo hacemos un uso útil e inteligente de toda esa masa de información que ya se está generando y que se multiplicará en el futuro? La pregunta es sumamente válida puesto que podemos tener acceso a una cantidad enorme de información pero no ser capaces de administra o de encontrar un uso correcto de la misma (y en este uso correcto creo que es válido discutir incluso referente a los límites éticos del uso de la información).
Dado este escenario de generación de tal nivel de información el reto es más grande: saber qué buscar, cómo buscar para convertir ese contenido en información útil y accionable. Por ello, para acercarnos más a un uso inteligente de la información debemos considerar lo siguiente:
Valorar tanto información táctica como estratégica: las tendencias van cambiando, cada vez más rápido, pero cada cambio va dejando una huella que debemos entender y seguir, por lo tanto, no sólo debemos entender el hoy (información más táctica) sino debemos dilucidar de dónde venimos, debemos entender cómo se ha llegado al hoy para luego intentar descifrar el futuro (información más estratégica). Este punto es muy importante porque podemos tener la tentación de reemplazar todos los estudios o análisis por preguntas puntuales (como las que hoy se realizan rápidamente en twitter) para entender justamente ese hoy, pero sin entender temas más de fondo y tendencias. Por ello, encontrar el equilibrio entre esa facilidad para conseguir cierta data del presente y el buen manejo del historial de información de los mercados o las industrias será crítico.
Que tanto análisis no produzca parálisis: con el nivel de información que ya estamos teniendo pero que seguirá aumentando, podemos pasarnos toda la vida analizando información pero no tomando acciones concretas en nuestros mercados. Este es un riesgo enorme hoy y en los próximos años. El mundo se sigue moviendo aceleradamente y debemos ser capaces de tomar acciones correctivas antes que nuestro competidor. El acceso a esta enorme cantidad debe ayudarnos a tomar una mejor decisión, pero no debemos perder la vida analizando la información y no tomar acciones concretas. En el entorno futuro que enfrentaremos, ser asertivos e inteligentes en el uso de la información será crítico.
Conectar diferentes fuentes de información: es y será clave encontrar los puntos importantes que se puedan desprender de diferentes fuentes de información y unirlos para detectar los grandes insights. Será aún más crítico ser capaces de definir las fuentes más importantes de información (tanto tácticas como estratégicas) para luego conectar los diferentes aprendizajes y descifrar esas grandes verdades que hay detrás de los mercados o del shopper. Seguramente seguiremos teniendo un amplio portafolio de opciones de información por lo que será crítico definir aquellas que sean clave para nuestros negocios y luego hacer que trabajen juntas. El mejor modelo será reunir a los expertos de cada tipo de información para que juntos logren aportar las mejores ideas posibles (el otro camino es tener un experto dentro de las compañías, que realmente tenga un manejo elevado de las herramientas críticas del negocio para que pueda hacer esa conexión…no es un camino tan fácil pero es viable).
No perder el contacto directo con el mercado: no importando la cantidad de información que tengamos disponible, no podemos perder la sensibilidad del mercado; debemos ser capaces de sentir mejor a nuestra industria y para ello debemos salir de nuestras cómodas oficinas y visitar los canales de compra, los hogares, especialmente aquellos que son muy diferentes a los nuestros. Jamás debemos reemplazar esta sensibilidad por ningún tipo de información.
En definitiva, uno de los grandes desafíos futuros está relacionado con el uso inteligente de toda esa enorme cantidad de información que tendremos en el mercado, para que realmente nos ayude a una toma de decisiones correcta para nuestros negocios.
