Seguros de vida y de autos son dos modalidades que la mayoría de la gente adquiere en algún momento de su vida, pero al menos pensar en comprar un seguro de gastos funerarios no parece ser una prioridad para los mexicanos, ya que sólo el 19 por ciento invierte en un seguro de este tipo, según cifras del INEGI.
Otro dato relevante es que durante diciembre y enero el número de defunciones registradas en México incrementa, en contraste con junio y julio, meses en los que menos muertes se suscitan.
Como nuestro deceso es lo único que sabemos con certeza que sucederá, estás son algunas razones para adquirir un seguro de gastos funerarios:
Cultura de Previsión
Si bien en México este concepto no se tiene muy arraigado, contar con un seguro de gastos funerarios nos dará la tranquilidad de que, al momento de nuestro fallecimiento, nuestro cuerpo será atendido y preparado para ser cremado o enterrado, y que los traslados, preparación, velación y demás servicios ya están cubiertos.
Crisis financiera y emocional para los familiares
Si morimos sin haber previsto lo gastos funerarios que nuestra muerte conlleva, los familiares serían los primeros en padecer no sólo la pérdida del ser querido, sino también la suma monetaria que habrían que desembolsar de forma inmediata. No sólo se trata de gastar en la compra del féretro, gastos como servicios hospitalarios, ceremonias religiosas, embalsamamiento, cremación, entre otros, requieren ser cubiertos dentro de las 24 horas posteriores a la defunción.
Que los vivos no se aprovechen de los muertos
Esto va muy de la mano con prever algo que es inevitable. Por esto comprar un seguro de gastos funerarios con antelación, y cuando nuestra condición emocional y financiera son óptimas, evitará que las empresas dedicadas a brindar servicios funerarios traten de estafar o aprovecharse de las familias del fallecido. Para evitar esto se recomienda consultar, por lo menos, paquetes y precios de tres funerarias diferentes, revisar que cuando se haga la contratación esté estipulado lo que se haya acordado, y recibir de la funeraria el documento que avale el plan contratado.
