Por proceso cotidiano una compañía tiene certezas en cuanto a producto en existencia o faltantes, además de tener detectado a la perfección el que se va más rápido. Este proceso conforma la rotación del inventario, la frecuencia con la que una tienda agota y repone las existencias.
El número de veces que se va un producto en un periodo determinado es un dato que ninguna compañía puede perderse, ya que bajo este concepto es que logrará conocer si se trata de una rotación baja, media o alta, cada una con características determinantes para las operaciones del negocio.
Alta rotación
Los primeros son los que suelen notarse más, pero toma más tiempo detectarlos y cuando se consigue entenderlo puede ser tarde. Al comprender que siempre hace falta es que deriva se convierte en un problema y es muy complejo solucionar instantáneamente el dilema. Es por ello que hay que tener clara esta clase de productos que tienen un ritmo elevado de entrada y salida. De no hacerse nada al respecto, los consumidores pronto dejaran de acudir a la tienda por ellos porque pensarán que nuevamente no los van a encontrar.
Además, es importante identificarlos porque al hacerlo el estratega sabrá que debe colocarlos en las zonas menos transitadas de la tienda: en la zona fría de la retailer, cuya ubicación estratégica entonces puede derivar en que esa zona fría se convierta en una templada. En medio de la contingencia, los productos de salud y alimenticios son los de alta rotación y deben estar en las zonas frías.
Baja
Estos productos son los más complicados por lo que deben estar en la zona caliente de la tienda, en la que haya mayor flujo que permita que los clientes los vean y se decidan por comprarlos. Se venden porque además de ser necesarios para ciertos segmentos, suelen ser muy redituables, por ejemplo las herramientas de trabajo, cafeteras, etcétera.
Media
Finalmente hay que hablar de aquellos productos que no consiguen definirse en las categorías anteriores porque simplemente no tienen una producción masiva, su compra es frecuente y constantemente se encuentran en las cabeceras de las góndolas, su precio es llamativo y resultan efectivos para la retailer, pero no suelen salir demasiado de los anaqueles. Los productos de limpieza, el shampoo o la ropa, clasifican en este sector.
Te recomendamos: