Los principios sobre el liderazgo en ocasiones son incuestionables, uno de esos dice: “El líder toca el corazón antes de pedir la mano”. Antes que un líder pueda tocar el corazón de una persona, tiene que saber qué hay en él, y eso se aprende escuchando.
Entre las personas con el don de liderazgo no hay muchas que no tengan la habilidad de escuchar. Peter Drucker, considerado el mayor filósofo de la administración cree que el 60% de todos los problemas de gerencia son el resultado de comunicaciones pobres. Y quizá, este completamente en lo correcto, la gran mayoría de los problemas de comunicación está en no escuchar.
Hay muchas voces que buscan nuestra atención, sin embargo, cuando te decidas a escuchar, recuerda hacerlo buscando estos dos objetivos: relacionarte con las personas y aprender de ellas, por ello, es importante mantener tu oído abierto.
Uno de los principales problemas de comunicación en los equipos es que no escuchamos para entender, escuchamos para contestar. Esto dificulta prestar atención a las personas y a lo que tienen que decir.
Mejora tu hábito de escuchar
Para eso, integra estos hábitos que te ayudarán a tener más atención de lo que sucede a tu alrededor y lo más importante, lo que está sucediendo ahora mismo en tu equipo de trabajo.
- Cambia tu agenda. Analízate y pregúntate ¿Dedico tiempo para escuchar a mi equipo de trabajo? Si no tienes un espacio en tu agenda, asegurarte de disponer al menos 15 minutos en tu día para escuchar no sólo palabras sino sentimientos, intenciones y nuevas ideas de tus colaboradores.
- Conoce a la gente en su ambiente. Una máxima dice que lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice. Así que, la próxima vez que te encuentres con un colaborador, tómate 5 minutos para preguntarle un par de cosas sobre él, como persona. Saber quién es y qué desea, es un buen inicio para comenzar una relación con él.
- Escucha entre líneas. Otro principio afirma que muy poca gente escucha con la intención de entender; debido a que sólo escuchan con la intención de responder. Entonces, cuando interactúes con tus colaboradores, intenta poner en contexto los hechos de la conversación, no ignores el contenido emocional, y trata de comprender lo que realmente esa persona te está tratando de decir entre líneas.
Asegúrate de practicar estos hábitos; empleados en los siguientes días y comienza a descubrir a la persona real que se encuentra delante de ti, y la única forma de saberlo es comenzar a escuchar.