Dicen por ahí que “de la vista, nace el amor”, y si esto es verdad, un escaparate puede convertirse en un el mejor aliado de un PDV que busca enamorar al target.
Un escaparate funciona no sólo como elemento estructural de una tienda, sino también es un efectivo medio de comunicación, motivador de ventas por impulso, y un recurso visual por excelencia que funciona como carta de presentación para tiendas departamentales que tratan de captar la atención del consumidor y despertar en él un deseo por tener lo que ve.
El tiempo estimado de interacción que el shopper destina a mirarlo es de entre 8 y 10 segundos, tiempo suficiente para hacer que la persona entre, vea el resto de la tienda, se enamore de algo y compre. Aunque esto dependerá de ciertos elementos que atraigan, en lugar de alejar al cliente.
A continuación sugerimos 3 de ellos que deben considerarse al momento de hacer un montaje, pero también desde el diseño y construcción del mismo escaparate.
Estructura correcta
Cuando se está en la construcción del punto de venta, es preciso definir el espacio donde habrá un escaparate, pero también cuidar que su diseño no entorpezca la visibilidad del montaje y producto, es decir, considerar el largo, alto y ancho del espacio, su profundidad, altura que tiene en relación al piso, forma del escaparate (rectangular, si tendrá arco, etc.), entre otros aspectos que faciliten la correcta apreciación del cliente.
Adáptate al espacio que tienes
Si no hay mucho qué hacer en cuanto a la estructura o espacio ya establecido, el siguiente paso es adaptar el montaje, diseño y comunicación a las medidas del escaparate.
Evita introducir muchos elementos visuales, mobiliario o productos sin que estén justificados, porque de otra manera una saturación puede confundir al shopper, obstaculizar la comunicación y verse desordenado, lo cual afectaría la imagen de tu escaparate, pero también de tú marca.
Menos producto bien colocado, es más
No se trata de montar toda la colección, sino de elegir las prendas o productos clave para colocarlos de manera correcta, apoyado en otros recursos propios del montaje para que lo mostrado en el escaparate atraiga y cuente una historia.