Lo sabemos, dirigir un restaurante necesita ciertas prioridades para poder atender al cliente de una forma excepcional. Sin embargo, la compañía Eatsa tiene restaurantes que no necesitan empleados para atender a los clientes.
De acuerdo a David Friedberg, socio fundador de Eatsa, los restaurantes “son más que un restaurante, son un sistema de entrega de alimentos”, señaló en una entrevista a el periódico The New York Times.
Sin embargo, a pesar del avance de la tecnología en el sector retail el concepto de los restaurantes automatizados no es nuevo.
El criterio para considerar a un restaurante automático o automat, sólo es que el establecimiento sirva la comida rápida mediante máquinas expendedoras a monedas o algún otro tipo de pago.
Al respecto, te presentamos 3 cosas que quizás no sabías de este concepto de restaurantes, con Hortn & Hardart un servicio de comida que llegó a convertirse en una atracción en Estados Unidos.
1. Origen
A mediados de 1902, en Estados Unidos surgió un formato original de restaurantes. El empresario Frank Hardart con Frank Hardart abrieron el primer restaurante automático: Horn & Hardart.
En aquel entonces, los clientes podían servir a sí mismos sus alimentos colocando monedas en una pared de cajas pequeñas, y así, abrir una pequeña puerta para servirse desde un plato caliente con el menú del día, un sandwich o un trozo de pastel.
2. El concepto
El comensal para obtener su orden, insertaba el número de monedas solicitadas en una máquina para después abrir un ventanilla que contenía el platillo, envuelto en papel encerado. Asimismo, las máquinas eran cargadas desde una cocina que se encontraba detrás de las ventanillas
El restaurante fundado por Joseph Horn y Frank Hardart, contaba con máquinas expendedoras de acero y vidrio muy elegantes, las cuales mostraban el menú del día, limpio y bien iluminado.
Según informes la comida era bastante buena, asimismo, para los clientes era una gran idea seleccionar lo que estaban a punto de comer. Era un espectáculo de magia con comida, señalan los reportes.
De esta manera, Horn & Hardart se ganó la reputación de un restaurante innovador. El concepto para la época en la que se encontraba Nueva York era perfecto.
3. La caída
A pesar de convertirse en una de las cadenas de automats más importantes en las ciudades industriales de Estados Unidos. El formato de Horn & Hardart resultó afectado en los años 50, por el florecimiento de los restaurantes de comida rápida que servían a los consumidores a través de ventanillas. En la década de los 70 su encanto era pequeño, lo que ocasionó su caída.
Además, la situación económica de la época —la crisis económica de los años 70, que inició cuando el presidente Nixon declaró que no convertiría el dólar en oro y procedió a devaluarlo—contribuyó a su fracaso, debido a que el precio de la comida comenzó a ser demasiado alto para su adquisición.
El restaurante logró en su historia sumar 40 establecimientos sólo en Nueva York. Sin embargo, en 1991 se consumó su fracaso, lo que ocasionó el cierre de su última sucursal debido a que no se encontró un comprador de la compañía para lograr su restauración.
No obstante, en un intento de revivir el concepto de Horn & Hardart, una compañía abrió de nuevo un restaurante en 2006 en Manhattan pero, la iniciativa volvió a fracasar ocasionando de nuevo el cierre del establecimiento en marzo de 2009.
Después de todo Horn & Hardart es considerado por muchos como el precursor del concepto que actualmente manejan hoy en día los negocios de comida rápida.
El lugar se convirtió en un sitio habitual para periodistas, actores y cualquier persona que no contaba con suficiente tiempo para comer. Sobre todo, la comida era fresca, barata y sobre todo rápida, según reportes.