Este es un llamado de atención para los microempresarios latinos, no puede ser otra cosa, es un impulso reflexivo que me lleva a estructurar una alerta con respecto a la forma cómo se desploman cada año microempresas, por no hacer un análisis propio de la forma como se están implementando las estrategias de mercadeo, sin objetivo, ni un norte claro, toda vez que, se da una concentración pura en la operatividad y mejoramiento del producto, pero no ha habido una verdadera trascendencia del marketing en términos de comprensión del consumidor, sólo hay datos estadísticos que se quedan en la memoria del computador.
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Así, se recurren a tácticas de “aprendizaje” indebidas, porque generalmente son perjudiciales para la organización, pues se ejecuta un proceso de implementación de las actividades que desarrolla la competencia, realizando una pesquisa primaria y aplicando las acciones sin ningún tipo de modificación.
Con lo cual, se termina por hacer los mismos descuentos y estableciendo los mismos atributos diferenciadores, y esto es un error, porque no se hace en realidad un benchmarking, sólo se implementan de mala manera actividades sin piso estratégico, conllevando a problemas serios en la estrategia de marketing.
Porque en la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, se denota una dificultad profunda en el desarrollo de su plan de mercadeo, porque ni siquiera se comprende el valor simbólico de la categoría a la que pertenece, no se sabe que es lo que representa en el consumidor la marca, que es lo que en realidad se comercializa, desde allí se da entonces una falla que genera una barrera entre la compañía y el consumidor.
Aquí tres condiciones fundamentales para comprender, antes de iniciar la implementación de estrategias de mercadeo:
1. Determine el valor simbólico: el valor simbólico observado a la luz de la motivación oculta del consumidor, en realidad que es lo que valora del producto y la marca. Cuándo se ha realizado un proceso de identificación de ese simbolismo la estructuración de la estrategia de mercadeo se hace más clara porque gira en torno a este proceso, construyendo imaginarios que facilitan una conexión clara con la personalidad de marca.
2. Conozca a su consumidor: conocer al consumidor no es solo determinar sus datos estadísticos, desde la lectura de variables demográficas y cuantitativas; es más importante conocer la conducta del consumidor y la relación que ejecuta con las diferentes categorías en determinados contextos socioculturales. Lo cual facilita una lectura más tangible desde el entorno y los escenarios que rodean al consumidor para poder favorecer realmente un estímulo capaz de conectarse con las motivaciones intrínsecas del consumidor.
3. Comunique lo comunicable: entregue una verdadera comunicación de marca, no comunique sólo por hacerlo, sin ejecutar una verdadera conexión emocional.