El logotipo es un distintivo visual que identifica a una empresa, institución, marca o producto, y que va acompañado del nombre y en ocasiones del eslogan.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), este vocablo de origen griego refiere un símbolo gráfico que comprende palabras, abreviaturas o cifras, agrupadas para facilitar su lectura.
En términos mercadológicos, un logotipo tiene la función de permitir que cierta marca destaque dentro de la industria a la que pertenece, y también que sus características visuales permitan su fácil identificación por parte del target, en cualquier parte donde se encuentre ubicado.
Tanto tipografía, como colores, tamaño de letra, y otros elementos visuales contribuyen a su identificación, haciendo del logotipo un elemento fundamental en la construcción de branding de la marca, por lo que es necesario precisar dos funciones universales para apreciar el valor e importancia que tiene la creación de un buen logotipo.
Facilitar la lectura clara del nombre
Debe permitir a quien lo vea una lectura fluida que logre agrupar cada letra en un todo, de manera que al verlo la persona pueda concebirlo como una imagen completa para su total comprensión e identificación.
Para conseguir esto, se recomienda un uso inteligente de cada recurso gráfico, es decir, utilizar la tipografía correcta, en el tamaño adecuado, interletrado, cuerpo y color de letra, entre otros, que hagan de tu logotipo una imagen inteligible.
Mostrar compatibilidad entre logotipo e imagen corporativa
Un logotipo debe ser compatible y congruente con la imagen corporativa que la marca quiere transmitir a su target y permita su distinción.
Desde mostrar elegancia o algo clásico, hasta mostrar transgresión, rebeldía, entre otras características.
Elegir cierta familia tipográfica, es una labor que debe hacerse considerando los valores, imagen e identidad de marca para que eso sea reflejado antes los ojos del consumidor, quien de manera sencilla podrá recordar tu brand.