4).- No terminar lo que se empieza
Pésimo hábito que refleja la falta de concentración, de compromiso y sobre todo, que te vuelve un integrante poco confiable en el equipo, lo cual se traducirá en la reducción de tareas o en la falta de tareas vitales, es decir, tendrás menos logros y serás un elemento prescindible en la compañía.
5).- Descuidar la vestimenta
Si bien es cierto que “el hábito no hace al monje”, también lo es la importancia de mantener una buena imagen personal en el trabajo. No hacerlo, puede derivar en una pésima percepción de ti, por ejemplo, puedes reflejar falta de seriedad, madurez y confiabilidad.
6).- Ser pesimista
Una persona pesimista jamás será requerida a la hora de buscar soluciones a un problema y tampoco se esperarán grandes resultados de ella. Cambiar esa actitud puede derivar en la delegación de nuevas e importantes tareas.