Adquirir ciertos hábitos en la oficina, que a los ojos de Manuel Carreño serían mal vistos por la sociedad, no es de extrañarse cuando los empleados o los llamados Godínez pasan la mayor parte de su día “trabajando”.
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Más cuando se trata de un sistema laboral burocrático o que exige poca productividad a sus trabajadores. Entre los hábitos de mal gusto que se ven en las oficinas destacan los siguientes:
Maquillarse en la oficina
Uno de las actividades primordiales de las féminas Godínez es llegar a la oficina a maquillarse, pues ya sea por el tráfico o por las labores maternales no le dio tiempo de “echarse una manita de gato”.