Esta es una frase que no queremos tener cerca y mucho menos ser el sinónimo de la misma en una conversación en la cual no participemos.
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Platicando con un Cliente sobre el ambiente laboral de su empresa, comentábamos la importancia que debe tener la empresa a capacitar a sus líderes para que estos desarrollen una buena cultura laboral e impulsen a la empresa a posiciones primordiales.
Definir y construir a un buen líder o jefe va mas allá de solo darle una oficina y un espacio especial, incluye que uno mismo realice una introspección de su trabajo y defina que rumbos esta tomando.
Y a lo cual podemos encontrar muchas definiciones y parámetros de cómo ser un buen líder y hacia a donde llevar a nuestro equipo, inclusive que pasos debemos llevar en cada momento para motivarlos, pero ¿qué sucede cuando la rutina nos lleva a espacios en donde no sabemos como somos o lo que piensan de nosotros?
Aquí hay 10 preguntas en los cuales podemos hacer una introspección y saber si nos estamos encaminando a convertirnos en un Jefe o Líder que no queremos ser:
- ¿Ya no tienes química con tu equipo y no los conoces a fondo?
- ¿Tienes tiempo para platicar con ellos?
- ¿Ves mas problemas que aciertos?
- ¿Te desesperas constantemente?
- ¿Tus ideas solo son las que se realizan?
- ¿Dudas de tus decisiones y te confundes al tomarlas?
- ¿Aceptas tus equivocaciones?
- ¿Todos están de acuerdo con tus ideas?
- ¿No confías en tu equipo?
- ¿No das las gracias?
Es común que el día a día nos tenga muy ocupados y no pudieramos atender a cada uno de los integrantes de nuestro equipo, sin embargo alejarnos de ellos es el primer síntoma de que las cosas te están llevando a un lugar en donde no queremos ir.
El tener un equipo en el cual no hay confianza entre el líder y sus integrantes es la mejor receta para llegar rápidamente al fracaso. Por lo tanto debemos ser muy sensibles a estar monitoreando: ambiente, comentarios, mensajes no verbales y sobre todo el día a día para entender que se debe hacer si existe una contingencia o un rumor que haga cambiar el ambiente de la oficina o equipo.
Recuerda que ser un líder no solamente compete a desarrollar un producto o trabajo exitoso, conlleva mucho más a entender y manejar el ánimo de un equipo que forma parte de un departamento y a su vez de un ecosistema o la empresa.
Al final de todo, el ser un buen líder es el reflejo de una buena imagen empresarial.
Y ¿tu? ¿cómo construyes tu imagen?