Aceptar otros puntos de vista
Una gran táctica de persuasión es saber escuchar otras opiniones; esto demuestra que eres una persona de mente abierta, dispuesta a ajustar tu manera de pensar en lugar de defender tercamente tu propia causa.
Usa frases como “entiendo tu punto” o “eso tiene mucho sentido”, ya que implican que estás escuchando lo que el otro está diciendo y que no estás forzando tus ideas.
Hacer buenas preguntas
Uno de los errores más grandes que solemos cometer al oír hablar a otros es dejar de escuchar realmente para concentrarse en lo siguiente que vamos a decir. Una buena manera de evitar esto es hacer muchas preguntas. A las personas les gusta saber no sólo que las escuchas, sino que te interesa lo que dicen.
Dar un paso hacia atrás cuando sea necesario
Apurarse para convencer a alguien es malo para la persuasión. Cuando tratas de forzar a otros a que concuerden contigo sólo consigues reforzar su postura original. No temas dar un poco de espacio para que la otra persona piense en lo que dijiste.
Dirígete a la gente por su nombre
Un nombre es esencial para la identidad de una persona y se siente muy bien cuando la gente lo utiliza. Las personas persuasivas se aseguran de aprenderse los nombres de otros y utilizarlos cada vez que los ven ya que, según indican estudios, hacen que las personas se sientan valiosas. No temas preguntar el nombre de una persona dos veces cuando la acabas de conocer.
Sin espacio para el temor
La ideas de las personas inseguras se ven deficientes y poco convincentes. Si sientes que eres tímido, trata de presentar tus ideas acompañados de datos interesantes, y evita usar expresiones como “creo que” o “pienso que”.
Sonríe
Si quieres que la gente crea en ti, debes sonreír durante la conversación y la otra persona, inconscientemente, empezará a imitarte y serás de su agrado. Las personas persuasivas sonríen mucho porque sienten un entusiasmo genuino por sus ideas.