A diferencia de otros momentos de la historia, tanto las marcas como las agencias tienen la oportunidad de generar campañas y estrategias, cuyos resultados pueden ser medidos con relativa facilidad. Por supuesto, las firmas siempre buscarán llegar a los KPI que se han fijado; sin embargo, ¿conseguirlo implica el haber conseguido siempre una resolución positiva? Precisamente sobre este tema hablaremos en las siguientes líneas.
Una de las primeras cuestiones que debemos tener en cuenta es que no todos los resultados que se obtienen son iguales: algunos se pueden contar (cuantíficables) y otros más bien nos ofrecen una cualidad particular (cualitativos), los cuales no cuantificar con toda precisión.
Por ejemplo, si se hace una campaña, cuya ejecución resultó ser muy polémica, muchos medios y personas hablarán de ella, lo cual se pueden llegar a traducirse en una gran cantidad de impresiones. Sin embargo, ¿cuántas de ellas fueron positivas? ¿Cuántas fueron negativas? Elementos como estos hay que tomarlos en cuenta para cuando se hace un análisis de los resultados.
Si bien se pueden llegar y superar a los indicadores previsto, en el análisis de resultados habrá que valorar cuáles respuestas fueron verdaderamente favorables para las metas que buscábamos conseguir.
¿Cómo se puede hacer una medición adecuada de los resultados? Por ejemplo, en el área digital, no sólo basta usar herramientas como Analytics, sino que también se necesitarán de algunas otras que hagan sentiment analysis, para valorar los impactos que generamos fueron positivos o negativos.
Definitivamente, es necesario evitar hacer análisis superficiales o simplistas. También será necesario que la persona que se dedica al performance de la marca sepa interpretar de manera más integral los resultados, con la finalidad de obtener información y conocimiento necesario para que la empresa sea capaz de tomar decisiones estratégicas de negocio que la ayuden a posicionarse de manera eficiente.
