En gran medida a la comunicación directa y personalizada que genera, el marketing directo es uno de los canales más útiles con las que cuenta el below the line. Una de las herramientas que ha adquirido una particular relevancia es el emailing. Sin embargo, muchas veces los correos electrónicos que mandan las empresas a las personas suelen ser confundidos como spam. Pero, ¿cuál es la distinción entre uno y otro? En las siguiente líneas revisaremos un poco al respecto.
Technet, de Microsoft, ofrece una definición bastante completa sobre lo que son los correos masivos, los cuales también son conocidos como “correo gris”: son los emails que emite una empresa o una agencia con fines publicitarios y mercadotécnicos.
Cabe destacar que usualmente los usuarios se unen, en la mayoría de las ocasiones, de modo voluntario a las bases de datos que sirven para generar una estrategia de correo masivo. Mientras que algunas personas esperan recibir estos emalis, hay quienes los consideran como no deseados. Por este motivo son difíciles de clasificar por los servidores.
El spam, también denominado como correo no deseado, se puede considerar que son los emails que llegan a la bandeja de las personas sin ser solicitados ni deseados y que suelen tener contenido malicioso. Usualmente los servidores cuentan con filtros que analizan las IP sospechosas y estudian los textos, imágenes y enlaces para determinar si se trata de este tipo o no.
Quizá la primera gran diferencia entre ambos es que el correo masivo en la mayoría de los casos suele ser deseado, mientras que el spam no.
Otra de las grandes distinciones que hay entre el correo masivo y el spam es la intención con la que es mandado a los usuarios: mientras que el primero tiene fines publicitarios y mercadotécnicos, el segundo usualmente es enviado con una finalidad maliciosa, como la de instalar un virus o realizar algún fraude.